EL PODER DE LA ORACIÓN
Si algo pedís en mi nombre yo lo haré. (Juan 14:14).
Mi madre y cinco de mis hermanos residen en el estado de Baja California, México, mientras que dos de mis hermanos y yo nos hemos quedado a vivir en El Salvador. En cierta ocasión viajé a visitar a mi mamá junto con una tía y con mi abuela materna. Antes de partir de regreso a El Salvador mi abuela sufrió un derrame cerebral y murió en Baja California.
¿Quién nos apoyaría en aquellos momentos tan difíciles? Aunque nadie nos conocía en aquel lugar Dios permitió que nos acompañara la familia adventista de la comunidad. Aunque la iglesia quedaba a cierta distancia, alguien les llevó la triste noticia de que nuestra abuela había muerto.
«Con frecuencia se marchitan nuestras esperanzas más acariciadas. La muerte nos arranca a nuestros seres amados. Cerramos sus ojos, los vestimos para la tumba y los ocultamos de nuestra vista. Pero la esperanza nos hace cobrar ánimo. No estaremos separados para siempre, sino que volveremos a encontrar a nuestros seres amados que duermen en Jesús» (Mensajes selectos, t. 2, p. 297).
Enterramos a mi abuelita en México y luego regresamos a El Salvador. El hogar de mi tía se convirtió en mi hogar. Fue allí donde conocí el mensaje adventista y me bauticé. Desde hace unos veinticinco años sueño con volver a ver a mis hermanos y a mi madre, anhelo el momento en que Dios me permita abrazar a mis amados. Confía en las promesas del Señor, no desmayes en tus peticiones: Dios obrará en el momento adecuado.
«Cada oración sincera recibirá una contestación. Tal vez no llegue esta exactamente como deseáis, o cuando la esperéis; pero llegará de la manera y en la ocasión que mejor cuadren a vuestra necesidad. Las oraciones que eleváis en la soledad, en el cansancio, en la prueba, Dios las contestará, no siempre según lo esperabais, pero siempre para vuestro bien» (Obreros evangélicos, pp. 271-272).
Querido Señor, ayúdame a que mantenga firme mi esperanza, a confiar en que tú obrarás en el momento exacto para que tenga lugar ese encuentro tan esperado por mí.
Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Jessenia de Guzmán
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