El aguacate (persea americana), es un alimento perfecto como sustituto natural vegetariano, de las proteínas contenidas en carne, huevos, queso y aves de corral. Su origen proviene de México, y pertenece a la familia de las Lauranceas, (un árbol nativo del hemisferio norte de México) siendo muy atractivo y energético, pues parece prácticamente una mantequilla vegetal.
Las propiedades de los aguacates son muy beneficiosas para la salud por contener los ácidos grasos esenciales y las proteínas de alta calidad que se digieren fácilmente sin contribuir negativamente en el colesterol; por sólo tener 5 gramos de grasa en 30 gramos de aguacate, este tipo de grasa es monoinsaturada, conocida como "grasa buena"; además, es la fruta que más fibra dietética contiene, igualmente tiene 60% más de potasio que un plátano mediano.
Su consumo está recomendado para personas diabéticas por su capacidad equilibrante de azúcar en la sangre, y en las mujeres embarazadas por contener ácido fólico y por su gran contenido de vitaminas A, B1, B2, B3, D; además contiene vitamina E, un antioxidante aliado contra el cáncer y rejuvenecedor que retrasa los procesos de envejecimiento. Su inclusión permanente en el hábito alimenticio, fortalece los huesos, mejora la visión, evita la formación de gases intestinales y tiene efectos beneficiosos en resfriados, catarros, jaquecas y neuralgias; estimula el apetito, tonifica el sistema nervioso, regula la menstruación y alivia la tos. Lo único contraproducente, es que por ser bastante calórico, se ha de moderar su ingesta en caso de sobrepeso u obesidad.
En la piel, aporta también muchos beneficios, especialmente en pieles cansadas, secas, mixtas y envejecidas. Se puede hacer una mascarilla con aguacate y una cucharada de miel para el rostro y aplicarla antes de dormir por unos 30 minutos. Como acondicionador, ayuda a reestructurar el cabello devolviéndole el brillo perdido, humectándolo y dándole vida. Una forma de aplicarlo, es haciendo un puré triturando la pulpa del aguacate, aplicarlo en el cabello y dejarlo actuar por unos 20 minutos para que el cabello absorba sus ácidos grasos, y luego lavarlo.
Pero para su consumo, un buen aguacate, debe tener la piel fina, de color verde brillante o pardo rojizo. Para comprobar su madurez, debe oprimirse suavemente, si cede a la presión, es que está en su punto; para los que no están maduros, se recomienda que se dejen en una ventana envueltos en papel periódico por algunos días. También se pueden madurar y conservar enterrándolos en un recipiente lleno de arena. Los aguacates ya maduros se conservan una semana en la nevera; no se deben guisar, porque el contacto con el calor oscurece su piel y le da un sabor amargo. La pulpa se oxida al contacto con el aire, por lo que conviene pelarlos en el momento de consumirlos y rociarlos con limón. Este fruto combina perfectamente con ensaladas verdes, palmitos, parrillas, carnes, mariscos, caviar y con tan solo un punto de sal y limón.
Finalmente, al consumir aguacate, no sólo se disfruta de un producto agradable al paladar sino de un tesoro que contiene todos los elementos esenciales para conservar la salud del ser humano.
Su consumo está recomendado para personas diabéticas por su capacidad equilibrante de azúcar en la sangre, y en las mujeres embarazadas por contener ácido fólico y por su gran contenido de vitaminas A, B1, B2, B3, D; además contiene vitamina E, un antioxidante aliado contra el cáncer y rejuvenecedor que retrasa los procesos de envejecimiento. Su inclusión permanente en el hábito alimenticio, fortalece los huesos, mejora la visión, evita la formación de gases intestinales y tiene efectos beneficiosos en resfriados, catarros, jaquecas y neuralgias; estimula el apetito, tonifica el sistema nervioso, regula la menstruación y alivia la tos. Lo único contraproducente, es que por ser bastante calórico, se ha de moderar su ingesta en caso de sobrepeso u obesidad.
En la piel, aporta también muchos beneficios, especialmente en pieles cansadas, secas, mixtas y envejecidas. Se puede hacer una mascarilla con aguacate y una cucharada de miel para el rostro y aplicarla antes de dormir por unos 30 minutos. Como acondicionador, ayuda a reestructurar el cabello devolviéndole el brillo perdido, humectándolo y dándole vida. Una forma de aplicarlo, es haciendo un puré triturando la pulpa del aguacate, aplicarlo en el cabello y dejarlo actuar por unos 20 minutos para que el cabello absorba sus ácidos grasos, y luego lavarlo.
Pero para su consumo, un buen aguacate, debe tener la piel fina, de color verde brillante o pardo rojizo. Para comprobar su madurez, debe oprimirse suavemente, si cede a la presión, es que está en su punto; para los que no están maduros, se recomienda que se dejen en una ventana envueltos en papel periódico por algunos días. También se pueden madurar y conservar enterrándolos en un recipiente lleno de arena. Los aguacates ya maduros se conservan una semana en la nevera; no se deben guisar, porque el contacto con el calor oscurece su piel y le da un sabor amargo. La pulpa se oxida al contacto con el aire, por lo que conviene pelarlos en el momento de consumirlos y rociarlos con limón. Este fruto combina perfectamente con ensaladas verdes, palmitos, parrillas, carnes, mariscos, caviar y con tan solo un punto de sal y limón.
Finalmente, al consumir aguacate, no sólo se disfruta de un producto agradable al paladar sino de un tesoro que contiene todos los elementos esenciales para conservar la salud del ser humano.
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