Translate
martes, 19 de junio de 2012
Muévete en mi
«Si recordamos siempre las acciones egoístas e injustas de otros encontraremos que es imposible amarlos como Cristo nos amó; pero si nuestros pensamientos se espacian de continuo en el maravilloso amor y compasión de Cristo hacia nosotros, manifestaremos el mismo espíritu para con los demás. Debemos amarnos y respetarnos mutuamente. Debemos cultivar la humildad y la desconfianza para con nosotros mismos, y una paciencia llena de ternura hacia las faltas ajenas. Esto destruirá todo estrecho egoísta y nos dará un corazón grande y generoso» (Hijas de Dios, p. 151).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario